Es un músico frustrado, pintor sin talento, melómano como todos lo de su generación, cinefago empedernido, pasa las tardes enteras tras el computador, desea ser de la 'elite', un hacker como vio en la película, valga la redundancia, 'hackers', con una exquisita Angelina Jolie, puede recitar de memoria y sin equivocarse todas las películas de superhéroes que han dado en los cines desde el 80 en adelante. Había pasado miles de horas tras el televisor, perteneciente a la primera generación con televisores personales, no familiares, personal, para uno sólo, para cada uno, el comienzo del quiebre familiar, ubicado en la pieza, pasando ahora no tras la radio, si no con el cíclope electrónico del siglo veintiuno, encerrado en su habitación, mientras no molestara, nada malo saldría, si no jodía, nadie lo jodía, la primera y única premisa que le permitía llevar todos los días de su vida. Creía en la unicidad del individuo y le llamaba profundamente la atención como es que le hacen los jóvenes japoneses para sentirse especiales, especiales en una cultura que no lo permite, él nunca podría ser japonés, él se sentía especial, se siente una voz, un ser, un portador de información, un gran disco-duro humano de datos inútiles, trivia como se decía en antaño, frikerias, como se dice ahora, nada de esto le serviría para trabajar, o tal vez sí, siendo crítico. Pero equivocó el camino, eligió mal, decidió ser lo que no quería ser, decidió ser programador, sonaba interesante al comienzo, el sueño de programar juegos, y pudo haber sido así, sólo que nació, se crió y se cultivó en Chile, y en Chile, no se hacen juegos, en Chile nos gusta malgastar los recursos, no entendemos la frase "matar una mosca con un cañón", acá siempre olvidamos el "no" que va adelante, acá nos gusta contratar publicistas para diseñar, médicos como enfermeros y por consiguiente y para desgracia para él , ingenieros informáticos como programadores, es decir, su carrera nació muerta, o no muerta, al menos un muerto no te hace daño, no físicamente, la carrera lo dejo a mal traer, con un sueño que no se cumplió, sin trabajo ahora ni en el futuro próximo, sin dinero y con una deuda por los estudios que posiblemente nunca logre pagar, la carrera y su juventud lo cagaron, el óbito antes de comenzar a vivir, al menos vivir de buena manera.
Sin futuro sólo hay pocas soluciones, aguantas, te matas o delinques, la decisión fue la última, pero no cualquier delito, no, él decidió por el glamour, no cartero, mechero o asaltante, no, él es sicario, un sicario made in Chile.
En Chile no hay muchos, y los que hay no son famosos, son esporádicos, un trabajo y se retiran, además se cobra muy poco, esto no tiene nada de glamour, no como muestran en la tele, lo bueno de que sea así, es que con eso quedó tranquilo, que no es ficción, que es real y que el jovencito no siempre va a ganar, al menos eso no le ha pasado a él, no hasta ahora.

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